sábado, 21 de noviembre de 2009

ME ABURRO POR MIGUEL ÁNGEL SANTOS GUERRA



Jamás me he aburrido. Por eso me sorprende oír a una persona, sea ésta niño, adolescente o adulto, decir, una y otra vez, con tono lastimero:
- Me estoy aburriendo.
No sé muy bien qué es lo que les pasa. Porque pienso que hay miles de formas de estar entretenido. Parece que te están pidiendo e, incluso, exigiendo:
- Haz algo. Diviérteme. Consigue que no me aburra..

Y no se trata de eso. No se puede pedir a los demás que te sacudan el tedio que llevas encima. ...



Me preocupa ver a los niños y a los jóvenes aburridos. Me preocupa oírles decir que se aburren como ostras. Fernando Savater dice que el aburrimiento es la principal explicación de por qué la historia está tan llena de atrocidad y de barbarie.


Hay quien se aburre soberanamente en vacaciones. No sabe qué hacer. No sabe cómo y con quién llenar el tiempo. No sabe cómo organizar su actividad. Habituados a que los adultos les digan durante el curso lo que tienen que hacer, cuando tienen que organizarse ellos solos, no saben cómo hacerlo


Existen muchas formas de entretenerse, de hacer cosas interesantes, de organizar el tiempo de forma sugerente e, incluso, divertida. Para ello es necesario tener iniciativa. Hay quien está constantemente inventando: tareas, proyectos, excursiones, investigaciones, exploraciones, actividades… Su mente no se está quieta. Indaga, busca, propone. ¿Qué cosas se pueden hacer para entretenerse?


Leer. La lectura es un modo extraordinario de llenar el tiempo. “Si no leo, me aburro”, rezaba el escrito que vi en una camiseta turística en la ciudad mexicana de Oaxaca. 
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Cultivar aficiones. Hay quien tiene el hoby de la filatelia, o de la fotografía o del coleccionismo. No sé dónde leí que el coleccionista nunca tendrá deseos de suicidarse porque siempre estará pendiente de encontrar la pieza deseada de su colección.


Ver cine. Para mí es una fuente estupenda de distracción. Vives historias apasionantes, reflexionas sobre cuestiones nuevas o antiguas, te diviertes con relatos atractivos...


Hablar con amigos: Es una fuente de alegría y de emociones. Compartir, intercambiar, pasear, jugar, bailar, organizar fiestas…


Visitar museos: aficionarse al arte, a la arqueología, a las antigüedades, a la historia, a la ciencia… Hay museos de todos los tipos y colores. Algunos permiten realizar actividades interactivas sugerentes.


Practicar deportes: es muy sano y muy entretenido practicar deporte, solo o en compañía. No digo verlo solamente sino aficionarse a algunos deportes que vayan bien con la edad y las circunstancias.


No es cierto que para no estar aburrido haya que hacer cosas sin cesar. Hay quien está aburrido hasta jugando y hay quien no se aburre mientras medita tranquilamente. Para no aburrirse hay que verse a sí mismo con humor. Porque si uno no se soporta a sí mismo, es fácil que se aburra con esa inevitable compañía. También hay que ver con humor las cosas de la vida, incluso las ingratas. Y la vida misma. Por eso resulta aconsejable el libro de Begoña García Larrauri, psicóloga y profesora del Departamento de Psicología de la Universidad de Valladolid, titulado “Programa para mejorar el sentido del humor”. El subtítulo es muy aclaratorio: “¡Porque la vida con buen humor merece la pena!” Es un libro para pensar, sonreír y actuar. Para aprender a relativizar lo que algunas veces nos parece un absoluto. Y, separando el grano de la paja, para retomar lo esencial, que es donde está la clave.
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