sábado, 19 de junio de 2010

2º PREMIO DE CUENTO POR PAULA FLOR

La misión Swangga.

Estaba la alienígena Swangga–Mangga en su país, Rainrock, cocinando unas cucarachas que había cazado el día anterior, a lo que le llamaron a su radio-teléfono, para avisarle de que tenía que ir a la Tierra para rescatar a Swangga-Tonggo, que había sido raptado por unos exploradores, y se lo habían llevado.

Ella, muy alegre de su nueva misión, preparó todo, subió en su “Futurecar” y se marchó.

Tardó siete siglos, que en nuestro planeta son dos horas.

Ella no sabía español, ya que había aterrizado en Zaragoza, tuvo que aprender, pero lo peor es que se tuvo que hacer pasar por Susana, una chica de veinticuatro años, que venía de viaje a España. Tardó en acostumbrarse a la comida bastante tiempo, pero cuando nadie la veía, comía insectos. Buscó a Swangga- Tonggo por todas partes, bares, hoteles, mesas, sillas, coches, eso sí, había pasado alguna que otra vez por la comisaría.

Ya no sabía por dónde buscar, hasta que lo encontró en un museo, encerrado de una jaula.

Esperó hasta la noche para salvarlo, no fue fácil, pero al final lo consiguió.

Sonaron las alarmas, pero les dio tiempo de subir en el “Futurecar”, y volver a Rainrock.

Al llegar todos se pusieron muy contentos, y se lo agradecieron mil veces, hasta le dieron una medalla a la salvadora de Rainrock, pero Swangga-Tonggo seguía tan asustado, que no dijo nada.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.


FIN


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