Había una vez dos murciélagos que estaban hambrientos por sangre, tenían mucho tiempo sin comer.
De repente llega otro murciélago con la boca bañada en sangre, y los otros murciélagos se quedan asombrados y le preguntan:
¿Oye, dónde conseguiste tanta sangre?
Y el murciélago le responde:
¿Ven esa pared que esta allá?
Y los murciélagos responden:
¡Sí!
Bueno, yo no la vi.
Llega un pollito a la cantina y le pregunta al cantinero:
¿Tiene uvas?
El cantinero le responde:
No, no tengo.
Se va el pollito y regresa al poco rato y pregunta lo mismo:
¿Tiene uvas?
El cantinero enfurecido contesta:
No, y si me vuelves a preguntar, te clavo los pies al piso.
Se va el pollito muy triste y a los 5 minutos regresa:
¿Tiene clavos?
El cantinero responde:
No.
Y el pollito vuelve a preguntar:
¿Y, tiene uvas?
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